mardi 20 septembre 2011

Una vida feliz no es fácil de llevar...

...cuando no se conoce su origen!
A estas horas deberia haber salido de compras, deberia estar haciendo unos cuantos cartones, sacar la basura o terminar de ordenar la cocina. Pero a mi me apetece tan solo quedarme sentada entre el silencio bullicioso de la cuidad. El té de frutas y canela endulza este momento de refleccion simple. Diez dias de cuenta regresiva, dias activos, sin reposo para un comienzo nuevo que se anuncia en paz y feliz. ¿Qué decir? El sentimiento de encotrarse seguro, amado, amando y con miles de proyectos que llenan tu ser deberia ser celebrado como un acontecimiento extraordinario. En fin, yo sin importar lo que este nuevo cambio significa, me siento fuera de tiempo, dormida, realizando una realidad que me parece extranjera. Los movimientos se han mecanizado, sin sentirme mal, ni triste, mi mente ya no acompaña mi yo físico. Una forma de protección, un modo de alerta, sin estar a la ofensiva. Sin embargo, me pregunto ¿podré soportar una vida feliz, casi perfecta, en un cuadro que roza lo imaginario? Y un peso se instala en mi pecho, una especie de angustia sin serlo, una duda. Todo esto tiene que tener un lado negativo, sino cómo creer que es verdadero. Un equilibrio en lo bueno que me esta pasando. Y yo que dejé de creer en Dios: "Quisas se ha acordado de mi, quisas es mi hora de recompenzar lo vivido". Pues no, esta vida que se me esta habriendo paso día a día, sólo es el fruto de mis desiciones. Del trabajo propio, construyendo con amor los lazos que han permitodo mantener todo junto y con vida. Las tormentas sobrevividas y las heridas, más bien que mal, curadas, fortaleciendo las ganas de seguir. Toda esta felicidad ha tenido un precio y yo la he meritado, después de tanto tiempo de sufrir y vivir con el dolor. Ahora es una ventanita que deja entrar los rayos del sol, el calor de una mañana después de haber sido despertada por el canto de un gallo. Es el tiempo, dónde el vuelo de una mariposa se posa suave y sin ruido sobre la colcha de tu cama mientras abres los ojos. Una fragancia a verde vivo y mojado por la llovisna madrugadora de la noche. Todo un ritual de acontecimientos que permiten saborear la dulsura de un futuro mejor... Ahora que he aclarado mi mente y he disuelto el nudo en mi estomago puedo tomarle el gusto a lo que me espera y así como se presenta seguir en paz mi camino.