A una época alguien me conoció,
sin mirarme por fuera, ni juzgarme por dentro.
Los momentos pasaban, las palabras fluian.
Todo era suspenso y supuesto, nada nos pertenecia.
Eramos diferentes,
realmente nunca importó
Niños, nada más que niños,
creciendo, aprendiendo a respirar, solos.
La libertad nos tejio un hilito,
cauteloso y bien fino,
en esta caja de zapatos,
que nos pario en el mundo, como parcito.
Las historias continuan, años tras años.
Comienzan por el mismo intento
terminan socumbidas en ese mismo adios
que hace tan solemne el evento.
Enlazados ingenuamente por la vida,
envejeciendo poco a poco
sin marcar las idas y venidas
de estos dos inseparables locos.
Las fechas no coinciden,
los cuerpos aún menos,
Los lugares nos dividen,
sólo un cariño nos matiene, unidos...
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Gracias por tomarse el Tiempo!!!